lasanto.blogspot.com
¿Qué hacer cuando llegas a un país para ponerte al día rápidamente? Comprar varios diarios y intentar re-conocer las diferentes tendencias y línias editoriales. Llámale delirio de periodista antigua. Y después ir mirando qué lee la gente.
Por cierto: después de hacer esta foto me pregunté... ¿por qué demonios las ONG nunca utilizan imágenes de gente leyendo los periódicos? Es más: ¿por qué no utilizamos más los diarios locales de todos los lugares donde andamos, para explicarlos? Sherlock, I need you. Si lo hiciéramos, igual nos daríamos cuenta de la cantidad de columnas de opinión que firman "comunicadores sociales", preciosa definición que estira nuestra profesión hacia otras visiones y versiones de la idea de servicio público.
Las ONG hemos tenido hasta ahora una visión bien limitadita de la comunicación y de las políticas de comunicación (ah, ¿pero hay de eso?) , pero en la Cumbre Social que celebraron aquí la semana pasada, dizque para establecer la nueva agenda de desarrollo del país, fue uno de los temas fundamentales. Otra lección que nos dan.
No estuvimos en la Mesa de comunicación y revolución cultural pero su reflejo en la prensa ha sido bien significativo. Los periodistas y los propietarios de los medios solo han visto regulación, ergo, un intento de controlarlos. Se le darán muchas vueltas a la Ley de imprenta que rige desde principios del siglo pasado y que, completamente desfasada, contempla sin embargo el sagrado derecho de no revelar las fuentes.
El Gobierno dice que nada más lejos de su intención, e insiste en que una democracia intercultural precisa contenidos donde puedan reconocerse las 36 naciones del país, y que se comprometan en la lucha contra la discriminación, el racismo y el machismo.
Y las organizaciones sociales hablan de descolonizar y despatriarcalizar la comunicación, piden acceso a los grandes medios y una responsabilidad mayor de estos con el proceso de cambio, quieren apoyo a los medios populares y comunitarios y hacer efectiva la democratización de la comunicación, tal y como plantea la Constitución, con medidas legislativas concretas. Como diría el sobadísimo clixé de corresponsal gandul: "la polémica está servida". O sea, la cosa se pone interesante. Más aún si desde la Fundación Unir, organización de referencia con observatorio de medios propio, no ven claro implementar una Ley de Comunicación a partir de un encuentro del gobierno con organizaciones afines, y no después de un debate social más amplio.
Mientras, en Argentina la presidenta sigue peleando con Clarín, defendido con uñas y dientes por Prisa, y recordándonos hasta donde los grupos mediáticos manejan los hilos de todas las democracias, aunque en algunas se note más que en otras, y hasta donde, efectivamente, este campo de batalla es crucial.
¿Más? La ponencia de José I. López Vigil de Radialistas Apasionados en la Cumbre Continental de Comunicación Indígena "Descolonizar la palabra: para una comunicación indígena con incidencia política".
Y la última definición de Galeano sobre el periodismo: ¡maravillosa! y localizada en Le Monde Diplomatique Bolivia: "Si entraba publicidad, se iba a sacrificar alguna página, o varias, y cada pedacito de página era un sagrado espacio imprescindible para cuestionar certezas, arrancar máscaras, alborotar avisperos y ayudar a que mañana no fuera otro nombre de hoy"