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El capítulo de los principios deontológicos del proyecto, que según los presidentes de la mesa legislativa, Mauro Andino (AP), y de la Asamblea, Fernando Cordero (AP), tendrá modificaciones, contiene una norma básica para las personas naturales y jurídicas que participen en el proceso comunicacional: “el abstenerse de difundir opiniones que mediante el descrédito, menosprecio o humillación a los miembros de un colectivo racial, étnico, sexual, religioso, clase social, posición política o similares que contribuyan a un clima social de hostilidad contra aquellas personas que formen parte del colectivo afectado”.
Las declaraciones del jefe de Estado contra la dirigencia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) por las manifestaciones convocadas desobedecerían este principio.
El 10 de marzo, durante el enlace sabatino, Correa declaró que “el 22 nos vemos centenas de miles en Quito, si ellos son 500 nosotros seremos 5.000. No permitiremos que la izquierda infantil, con plumas, con ponchos, desestabilice este proceso de cambio”. Se suman calificativos como “ponchos dorados” contra la dirigencia de este sector. Son ejemplos.
Jimmy Pinoargote, de la mesa de Comunicación, ve racismo y humillación contra ese colectivo al referirse de manera peyorativa contra el atuendo.
El asambleísta independiente califica de “incoherente” que sea Alianza PAIS que incluya en el texto este principio y sea su líder quien lo incumpla. Y cree que la única manera de frenar abusos es con una regulación a los enlaces sabatinos.
La legisladora Lourdes Tibán (Pachakutik) subraya que es una declaración discriminante, racista y humillante la emitida por el mandatario. Explica que los ponchos y plumas son parte de la cosmovisión y de su cultura. Ahora trabajan en recoger todos los actos mediáticos discriminatorios que consideran realiza Correa en contra de los indígenas y que a su juicio promueven la xenofobia contra este sector. “...Cómo un presidente que no mide sus palabras en público puede decir que va a hacer una ley para que los medios de comunicación no hagan lo que él hace”.
Para Rosana Alvarado (AP) no solo en la Ley de Comunicación sino en la Constitución y en las anteriores está claro que uno de los principios básicos en una democracia es el rechazo a la discriminación, entre otros sectores, a pueblos ancestrales. Y aunque reconoce que el lenguaje usado no solo por el mandatario sino por la mayoría de los ecuatorianos pueden tener connotaciones racistas y que no son las expresiones más adecuadas, el contexto fue de tipo político y a una fracción del movimiento indígena. Y asegura que al analizar el accionar del jefe de Estado en torno a este colectivo no se lo puede considerar racista, pues con sus política públicas siempre se preocupó de atender a los sectores marginales, entre los pueblos originarios.
Para Pedro de la Cruz (AP) esas expresiones no tienen intención de ofender. Coincide en que hay que enfocarse en las políticas públicas y el apoyo del régimen a sectores indígenas con la entrega de los territorios o la Ley de Educación Intercultural. Con esos discursos se critica “a algunos dirigentes que son utilizados por los verdugos de siempre y coreando los gritos con las oligarquías”.
