Por Kvrvf Nawel / Piren Wegaywe comunicadores de Mapuradio
Desde milenios los Pueblos Originarios se comunican con todas las vidas de la naturaleza. Saben interpretar los mensajes de cada ser que habita en sus territorios, y de esta manera logran establecer formas de comunicación con lo que vemos y con lo que no vemos, con lo que tocamos y lo que no.
Fundamental fue la vigencia de sus idiomas. Moldeados y perfeccionados con ancestral sabiduría, las culturas originarias desprenden de sus lenguas los sonidos que expresan los ríos, montañas, nubes, animales; por eso se traduce al Mapuzugun (idioma Mapuce) como “habla de la tierra”, porque no sólo las personas lo desarrollan, sino la naturaleza toda.
El conocimiento de los ancestros indígenas también se plasma en sus instrumentos musicales donde a través de sus sonidos se transmiten las melodías del viento, cascadas y volcanes, el canto de los animales, y hasta el latido de la tierra.
La concepción de la vida para los Pueblos Originarios se basa precisamente en la vida del territorio, es decir, sin territorio no hay vida. Fuego, aire, tierra y agua son las fuerzas naturales que permiten generar la existencia de las personas y de cada ser. En las culturas milenarias no se conciben los conceptos de “bióticos” y “abióticos”, ya que cada elemento cumple una función particular logrando un complemento perfecto entre ellos. Los indígenas no se creen a si mismo dueños de la tierra, sino parte inseparable de ella.
Tanto el idioma como los instrumentos indígenas forman parte de los elementos que permiten la comunicación de los Pueblos Originarios entre las personas y con la naturaleza. Y esa comunicación se sustenta necesariamente en la identidad indígena, lo que la hace única e irrepetible.
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