martes, 2 de agosto de 2011

El periodismo en idiomas nativos se revela marginal y bilingüe en La Paz, El Alto y Cochabamba


La oferta periodística en idiomas nativos ocupa un lugar marginal en los medios de comunicación de las ciudades de La Paz, El Alto y Cochabamba, con una difusión en radio y televisión fuera de los horarios “estelares” y una presencia mínima en prensa.
 
Así lo ha constatado el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia en dos monitoreos sobre la oferta periodística en idiomas aymara (para La Paz y El Alto) y quechua (para Cochabamba), con los que se ha abierto una línea de investigación orientada al conocimiento y la valoración de las experiencias comunicacionales en lenguas nativas.

Las dos investigaciones establecen que la marginalidad del periodismo en idiomas nativos se expresa, por un lado, en el reducido número de medios radiales, televisivos e impresos con contenidos informativos en aymara y quechua y, por otro, en la franja horaria que ocupan los espacios periodísticos identificados y su limitada exposición a los públicos.

En La Paz y El Alto, en el total de 17 medios con programación en aymara, destacó una mayoría de 11 radioemisoras (65%) en relación a seis canales de televisión (35%) que difundieron algún programa o segmento en ese idioma nativo. De estos 17, sólo en ocho se halló oferta periodística con programas (16) que se difunden, en un 50 por ciento, en horas de la madrugada, por lo que su accesibilidad entre los grandes públicos es reducida.

En Cochabamba se identificaron 10 medios con programación en quechua: ocho emisoras radiales (80%), un canal de televisión (10%) y un periódico (10%). En seis de éstos (cinco emisoras y un canal) se encontraron contenidos periodísticos, que, al igual que en La Paz y El Alto, se difunden, en un porcentaje predominante, en horarios de la madrugada.

El único medio impreso con mensajes en quechua es de carácter institucional, tiene una periodicidad bimensual y emplea canales de distribución alternativos a los convencionales, lo que le permite llegar a otros públicos más allá de los consumidores habituales de prensa.

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