Este artículo toma en cuenta el papel del video indígena y la antropología compartida entre comunidades maya-q’eqchi’ de Alta Verapaz, Guatemala.1 El presente documento analiza las condiciones subjetivas e históricas que sirvieron de contexto para una producción colaborativa entre videastas locales, sus comunidades y mi propia práctica como antropólogo visual, también evalúa algunas de las implicaciones que todo este experimento tuvo entre los participantes. Se apunta que este proyecto llevado a cabo en la comunidad no sólo generó importantes herramientas metodológicas, también nuevos mecanismos para la reconstrucción cultural y social de las comunidades involucradas tras el traumático y violento periodo de guerra civil que les tocó vivir. En este contexto, la producción de videos ofreció un espacio al interior de la práctica más amplia de antropología compartida donde cada participante pudo alcanzar sus propias metas a través de procesos y productos híbridos. Por lo tanto, este proyecto representó una oportunidad para explorar formas en las que la antropología y el video etnográfico pueden ser al mismo tiempo útiles tanto para el investigador como para las comunidades implicadas. Sin embargo, el ejercicio también mostró las contradicciones y complejidades de dicha práctica antropológica en colaboración o “compartida”
documento completo PDF:
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/745/74530202.pdf