Orlando Senna
El primer instrumento regulador referente al cine fue promulgado por el gobierno de Estados Unidos en 1906, hace más de un siglo. En aquel año el cine tenía apenas diez años de edad, las ficciones eran llamadas «filmes narrativos» y los documentales «filmes naturales». También en esa fecha los filmes pasaron a tener una hora de duración, fue exhibida la primera animación y el número de espectadores en Estados Unidos alcanzó la cifra de veinticinco millones. La mayoría de esos espectadores, que pagaban entre cinco y diez centavos de dólar la entrada, «prefería» los filmes franceses de Pathé Frères, la empresa europea que producía y distribuía filmes en varios países y también fabricaba cámaras y proyectores. Las películas de Pathé ocupaban 60% del mercado exhibidor de Estados Unidos. Esa primera ley tenía como objetivo expulsar a Pathé del mercado cinematográfico estadounidense. Y lo consiguió.
En Brasil, en 1974, bajo la dictadura militar del general Geisel, se aprueba un decreto-ley mediante el cual se aumentaba el impuesto que los filmes extranjeros debían pagar para entrar al país. El impuesto era ridículo, casi nada, y el aumento tampoco llegaba a una cantidad significativa. El presidente de Motion Pictures Association, Jack Valenti, viajó a Brasil para reunirse con el equipo económico del gobierno y dijo que los brasileños podían negociar su merca-do cinematográfico, tenían ese derecho, pero que, frente a una decisión como esa, Estados Unidos también tenía el derecho de incluir en la negociación la suspensión de las importaciones estadounidenses de café, azúcar, cacao, textiles y calzados, las mayores exportaciones brasileñas de la época. El gobierno brasileño desistió de aplicar la ley.
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